¿ÚLTIMAMENTE TE AGOBIAS POR TODO?
POR SONIA BADER MANZANO
03/04/2021
Tienes a tu disposición un sistema de navegación (el famoso JPS) a toda prueba para orientarte a través de la vida. Dicho sistema, consiste únicamente en tus sensaciones, te hace saber cuándo te has desviado del camino y te diriges hacia la infelicidad y el conflicto…o cuándo vas bien encaminado, en la dirección de la paz mental. Tus sensaciones actúan como un barómetro que te notifica cuál es el tiempo en tu interior.
Cuando no te encuentres atrapado en tus pensamientos, tomándote las cosas demasiado en serio, las sensaciones serán generalmente positivas. Esto te confirmará que estás usando los pensamientos para tu propio beneficio. No es necesario realizar ningún ajuste mental.
Cuando vives situaciones desagradables, cuando te sientes enojado(a), resentido(a), deprimido(a), frustrado(a) y cosas del estilo, el sistema de alarma de tus sensaciones (tu JPS) empieza a funcionar, como una señal de peligro, para recordarte que te has desviado del camino, que ha llegado el momento de reducir la marcha de tus pensamiento porque has perdido el sentido de la perspectiva.
Tus sensaciones negativas son algo así como una de las luces de alarma del salpicadero de tu noche. Cuando destella una, te hace saber que ha llegado el momento de parar.
¿Entonces qué hacer?
Contrariamente a la creencia popular, las sensaciones negativas no necesitan ser estudiadas ni analizadas. Cuando analizas las sensaciones negativas que tienes, por lo general acabas luchando con una cantidad mayor de ellas. La próxima vez que te sientas mal, en lugar de atascarte en una “parálisis analizadora”, pregúntate por qué te sientes así, mira si tus sensaciones pueden ayudarte a recobrar la serenidad.
No finjas que las sensaciones negativas no existen, pero procura reconocer que la razón de que te sientas triste, enojado, estresado, o lo que sea, es que estás tomándote la vida demasiado en serio: estás “sufriendo por pequeñeces”.
En lugar de subirte las mangas y luchar contra la vida, detente, respira profundamente unas cuantas veces y relájate.
Recuerda: la vida no será un problema a menos que tú la conviertas en un problema.
Aqui tienes una estrategia: la próxima vez que te surja una situación difícil, pregúntate: ¿He reaccionado de modo exagerado ante esa dificultad o reto, o me comporté con clama y sosiego. Eso te dará otra perspectiva de la situación.
¡PASO A PASO IRÁS VIENDO LA DIFERENCIA!
¡AHORA DEPENDE DE TI APLICARLO E INVERTIR EN TI!
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